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Prólogo: De Aníbal a Franco, breve historia de los conflictos civiles en España.

Actualizado: 27 may 2021


Los españoles podemos presumir de tener una historia colmada de gloriosos éxitos y épicas hazañas que han pasado a la posteridad y cuya herencia aún permanece viva. Una historia donde encontramos exploradores, conquistadores y aventureros que navegaron por mares tempestuosos y descubrieron tierras desconocidas. Ejércitos temibles, cuyo nombre hacía temblar al enemigo sólo con pronunciarlo. Guerrilleros que, ocultos en la espesura de los bosques, esperaban al acecho la llegada del invasor, para atacarlo sin compasión en defensa de su pueblo, de su país. Hemos tenido poderosos reyes y emperadores que han dominado el Mundo. Son innumerables los personajes legendarios que han ocupado nuestra historia. Pero también hemos tenido la desgracia de sufrir los gobiernos de reyes y gobernantes mezquinos, incompetentes, enfermos y traidores. Con sólo echar un vistazo a nuestra historia podemos contemplar como muchas de las decisiones que tomaron determinados reyes no fueron muy afortunadas y su desempeño fue francamente mejorable. Gobernantes más interesados en conservar el poder y sus privilegios que en considerar las necesidades y problemas del país. Realmente, en nuestra historia, apenas hemos podido disfrutar de un puñado de grandes reyes y gobernantes. El resto, la inmensa mayoría, han sido unos auténticos incompetentes que cedían las labores de gobierno y el destino del país a consejeros o validos no menos incapaces. Otros han pasado a la historia sin pena ni gloria. Evidentemente, nuestra historia no está exenta de estrepitosos fracasos y terribles derrotas.


A una historia tan rica y gloriosa no le faltan enemigos que pretenden desacreditarla e incluso que los españoles nos sintamos avergonzados de las extraordinarias hazañas logradas por nuestros antecesores. Ya ocurrió en el siglo XVI cuando los enemigos del Imperio propagaron las mentiras y medias verdades en lo que ha pasado a denominarse la «Leyenda Negra». Actualmente, existe una corriente revisionista, heredera de las corrientes anglosajonas que difundieron los engaños de la Leyenda Negra, que exigen el derribo de las esculturas erigidas en honor a los conquistadores de las ignotas tierras americanas o que la nación española pida perdón por el supuesto genocidio americano. Pretenden juzgar hechos pasados con los ojos del siglo XXI. Desgraciadamente, muchos de estos movimientos que reclaman que los españoles debemos sentirnos terriblemente avergonzados de nuestra historia, tienen su origen en España.


Es denominador común a lo largo de siglos de historia, el enfrentamiento que hemos mantenido los españoles o, mejor dicho, los pueblos peninsulares, entre nosotros. Guerras y luchas estériles en las que no en pocas ocasiones hemos recurrido a la ayuda extranjera para resolver nuestras diferencias. Los peores enemigos a los que nos hemos enfrentado no siempre se encontraban al sur del Estrecho, o cruzando los Pirineos, o más allá del Canal de la Mancha. Tampoco los vamos a encontrar entre los musulmanes o los protestantes. Los peores enemigos, los más terribles adversarios a los que nos hemos tenido que enfrentar a lo largo de nuestra historia han sido a los propios españoles.


Supuestamente, Otto von Bismark el «Canciller de Hierro» y padre de la unificación alemana del siglo XIX, afirmó que: «Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido». Probablemente, el canciller alemán jamás pronunció tal sentencia o si lo hizo, se desconoce su fuente, por lo tanto, su autenticidad al menos merece ser cuestionada. No obstante, no podemos negar que la frase está plagada de razón.


Amadeo I de Saboya, de quien hablaremos en este libro, en su carta de abdicación del 2 de febrero de 1873, escribió lo siguiente:

«Conozco que me engañó mi buen deseo. Dos años largos hace que ciño la corona de España, y la España vive en constante lucha, viendo cada vez más lejana la era de paz y de ventura que tan ardientemente anhelo. Si fuesen extranjeros los enemigos de su dicha, entonces, al frente de estos soldados tan valientes como sufridos, sería el primero en combatirlos; pero todos los que, con la espada, con la pluma, con la palabra agravan y perpetúan los males de la nación son españoles, todos, invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien; y entre el fragor del combate, entre el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible atinar cual es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males».


¿Quiénes fueron sus peores enemigos? ¿a quién tuvo que hacer frente el pobre de Amadeo I? Efectivamente, a los españoles. Más adelante hablaremos del Sexenio Democrático y veremos como en apenas seis años, del 1868 al 1874, se produjeron los siguientes acontecimientos: derrocamiento de Isabel II, el ascenso al trono de Amadeo I, la proclamación de la I República y la coronación de Alfonso XII. Insistimos, cuatro gobiernos distintos en sólo seis años. El siglo XIX fue un auténtico desastre. Empezó mal, con la invasión napoleónica y terminó con el desastre del 98. Mientras otras naciones se modernizaban y progresaban al amparo de la Revolución Industrial, los españoles nos matábamos entre nosotros en las distintas guerras civiles que estallaron durante ese siglo. El Sexenio Democrático es un buen ejemplo de la profunda inestabilidad política y social que caracterizó alguno de los períodos más trascendentales de nuestra historia.


Este libro es un resumen, una breve selección de los conflictos civiles más relevantes y significativos que las distintas culturas, pueblos y reinos peninsulares han protagonizado a lo largo de más de 2000 años de historia. Hablaremos por tanto de invasiones, guerras civiles, regicidios, sediciones, alzamientos militares, traiciones… explicando los antecedentes, el desarrollo y las consecuencias de cada conflicto. Comenzaremos con la llegada de los cartagineses en el siglo III a.C. y las guerras que, en la región que los griegos llamaron Iberia, mantuvieron con los romanos. Concluiremos nuestro largo viaje en la guerra civil de 1936, el último gran conflicto armado que enfrentó a españoles contra españoles, hermanos contra hermanos. Espero que el lector disfrute de esta obra y le acerque a una realidad distinta de nuestra historia.


¿Quieres saber más? Pincha en el libro!!!



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